Una estrella enana roja y a su alrededor, al menos siete planetas, muy parecidos a la Tierra, que orbitan dentro de la que se considera su zona habitable. Este es el descubrimiento que científicos europeos, en colaboración de la NASA, han anunciado la tarde de este miércoles. Aunque la existencia de este tipo de sistemas planetarios era algo esperado, y prometedor en la búsqueda de vida extraterrestre, este es el primero de este tipo que ha sido descubierto. "Es la primera vez que hemos conseguido reunir toda la información: la masa, el tamaño y la densidad de los planetas. Además, es la primera vez que tenemos, sobre unos exoplanetas, toda la información necesaria para analizar sus atmósferas (si es que tienen). Esto convierte a los siete planetas de TRAPPIST-1 en los más interesantes que hemos podido identificar hasta ahora", explica Amaury Triaud, coautor del estudio, que se publica hoy en la revista 'Nature'. La primera pista de su existencia provino de una serie de oscilaciones en la luz emitida por la estrella que captaron varios telescopios desde la Tierra. Esas variaciones se debían al paso de los siete planetas por delante del astro, un fenómeno llamado tránsito en astronomía y que permitió a los observadores inferir características somo su tamaño, su composición y su órbita. Según los análisis realizados, al menos seis de los siete planetas descubiertos son similares al nuestro en tamaño y temperatura.
Estrella pequeña y planetas muy juntos
TRAPPIST-1, la estrella protagonista de este sistema, es muy pequeña en términos espaciales: solo es un poco mayor que Júpiter y tiene un 8% de la masa del Sol. Por lo tanto, la energía que emite es mucho más débil que la de nuestra estrella. "Los planetas deben estar mucho más cerca de lo que están en nuestro sistema solar para que en su superficie pueda haber agua", explica Triaud. Esa configuración compacta es precisamente la que han encontrado en este sistema.
Este sistema planetario es asombroso, no solo porque hayamos encontrado tantos planetas, sino porque son sorprendentemente similares a la Tierra
Además de encontrarse dentro de la zona donde la energía emanada por la estrella sería suficiente para mantener en estado líquido el agua que exista en ellos, todos los planetas serían del mismo tamaño aproximado que la Tierra o Venus, o un poco más pequeños. Las mediciones sobre su densidad sugieren también que al menos seis son de composición rocosa. "Este sistema planetario es asombroso, no solo porque hayamos encontrado tantos planetas, sino porque son sorprendentemente similares en tamaño a la Tierra", explica Michaël Gillon, del Insituto STAR de la Universidad de Lieja, en Bélgica, y líder de la investigación. Gran parte del entusiasmo proviene del hecho de que los siete planetas descubiertos tienen el potencial para albergar agua líquida en su superficie, pero las distancias orbitales hacen que las probabilidades sean mayores en unos que en otros. Los modelos climáticos sugieren que los planetas más cercanos al planeta (bautizados según su cercanía como b, c y d) son probablemente demasiado cálidos para acoger agua líquida excepto áreas muy pequeñas de su superficie, y el más lejano (bautizado como h) estaría demasiado lejos si no existen procesos térmicos alternativos, algo que está aún por estudiar. Quedarían tres planetas intermedios (e, f y g) que se convierten tras su descubrimiento en uno de los lugares más prometedores del espacio conocido hasta ahora para continuar la búsqueda de vida extraterrestre. El telescopio Hubble ya está trabajando en determinar y estudiar la presencia de atmósferas que protejan sus superficies de la radiación espacial, otro factor que favorecería la presencia de vida tal y como la conocemos